Como dije en mi presentación yo ya hace años que ando por el
mundo de las dietas y en la mayoría recuerdo la lucha contra la grasa (Nada de
aceites, ni de pescados azules, de los
frutos secos ni hablar, y por supuesto todo desnatado y desgrasado).
Pero nunca me pareció necesario prestar importancia al azúcar. Si, está claro, el azucarero ni tocarlo! Todo edulcorado con sacarina,
pero nunca leí la lista de ingredientes de ningún producto, ni tan siquiera de
esa sacarina cuyo principal ingrediente resultó ser la Dextrosa.
No sabía que a los zumos de frutas comerciales les añadían
azúcar (Y otras tantas cosas), ni que los cereales integrales también la
contenían, tampoco que la propia fruta la contenía, desconocía que fiambres
incluyeran entre sus ingredientes azúcar y derivados de la misma, ni que
sustituir el azúcar por Miel fuera prácticamente lo mismo.
Fue después de conocer a Montse Puigbert y leer sus consejos
que supe que el verdadero enemigo no era la grasa en sí, al menos no toda la
grasa sino el azúcar, empecé a leer las etiquetas antes de comprar y me
encontré con que el salmón ahumado lleva azúcar, el jamón serrano lleva azúcar,
los encurtidos llevan azúcar y así un largo etc… Por supuesto! No todos lo
incluyen, por eso cuando voy de compras me dedico a leer, leer y más leer.
Ahora que tengo un hijo me encanta cotillear las cosas para
bebés, y quedo horrorizada al ver los ingredientes de los alimentos infantiles
(Azucares, grasas y almidones en su mayoría).
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